Sin lugar a dudas, este es un tema muchos padres tendremos que afrontar y mejor si lo hacemos más temprano que tarde. Los adolescentes requieren respuestas en esta etapa de búsqueda y experimentación y, así como con la sexualidad, la manera de acceder a esta información usualmente es por vía del grupo de pares y no precisamente con los padres.
En estas líneas queremos plantear algunas ideas respecto a la manera de llevar a cabo estas conversaciones y plantear algunos puntos que son necesarios a considerar dentro de dichas pláticas.
En primer lugar, es importante tener en cuenta que todos los adolescentes son distintos y por lo mismo, cada cual necesita conversaciones particulares y momentos diferentes para abordarlas. Si bien existen algunas características comunes como por ejemplo, la necesidad de experimentación, el sentimiento de omnipotencia y el sentirse no entendido, por lo general, la adolescencia se caracteriza por la inestabilidad en las emociones, y un aumento en los conflictos sobretodo en la esfera de los límites y normas con los padres.
Por otra parte, socialmente el tema consumo de marihuana se ha hecho cada vez más visible y es así como actualmente existen grow-shops (tiendas que venden insumos), marchas por la legalización, y asistimos ante la discusión en el parlamento que aborda la legalización del autocultivo para consumo privado y la despenalización del expendio y cultivo para fines medicinales. Asimismo, se puede observar un aumento significativo de la prevalencia del consumo y una disminución de la percepción de riesgo, según los datos que aporta el SENDA en sus estudios bianuales.
Esta coyuntura nacional se da en el contexto de un debate acerca del rol que el Estado debe tener en el establecimiento de normas de las conductas de sus ciudadanos. En la medida que los Esta-dos se muestra menos normativos respecto de conductas como las de consumo de drogas, el de-bate se traslada al interior de las comunidades locales (colegios, barrios, familias) quienes son interpeladas a pronunciarse en los criterios de lo correcto / lo incorrecto; lo saludable / no saludable; lo bueno / lo malo.
Entonces, a la hora de abordar los temas implicados en el inicio del consumo de sustancias, es tarea de los padres construir un espacio donde se pueda hablar de estos temas y no cerrar la puerta de antemano.
La idea de entablar dichos coloquios implica que los padres pensemos y definamos una postura frente al consumo, y que esta sea una definición informada. Es evidente el acceso a información que manejan los adolescentes y que, lógicamente, dejan por detrás a los adultos dado su interés en el tema. Asimismo, generar un espacio de reflexión respecto a las implicancias y consecuencias del consumo sin caer en dogmatismo, es igualmente importante.
Es necesario tener claridad respecto a que pueden existir distintas experiencias y maneras de abordar estos temas, de modo que no se use solamente la propia experiencia como argumento para explicarles a los hijos la postura que se está sosteniendo. Con esto, nos referimos a que todos los consumos pueden llegar a ser potencialmente peligrosos porque no basta sólo con poner el foco en el tipo de sustancia que se ingiere. También los efectos y las trayectorias que estas pueden tomar están afectadas por otros factores, como son las características de personalidad, la predisposición biológica, la situación o ambiente de consumo, el clima e idiosincrasia familiar, la presencia de consumo en el grupo de pares, así como la postura que tienen los padres respecto al consumo.
Por último, es necesario considerar que el inicio en el consumo de drogas no es una responsabilidad exclusiva de los hijos. Somos los adultos los que debemos velar para que los jóvenes puedan sopesar distintas variables y lo hagan de una manera informada, esto debido al peligro que implica que estas decisiones queden al puro arbitrio de los adolescentes. Entonces, la invitación es a no temerle a estos diálogos, ya que los padres no tenemos la obligación de saber todo. Mostrar dudas o inquietudes frente a los hijos no es signo de incompetencia, sino que es también una oportunidad de apertura a la conversación. La adolescencia es un proceso conjunto de aprendizaje y crecimiento entre padres e hijos.
Equipo UDRO IChTF
Ps. Eduardo Nicholls
Ps. Mauricio Cuevas
Ps. Carla Giavio
Ps. Josefina Reyman
Junio 2016