
Constituye un espacio seguro, mediado por un tercero imparcial en que es posible escuchar y ser escuchado disminuyendo la reactividad emocional defensiva que habitualmente lleva a debates sin salida que se van estereotipando a lo largo de los años generando sentimientos de soledad, cansancio y desesperanza que muchas veces pueden llevar a quiebres definitivos.
El propósito final de una terapia de pareja es aumentar los niveles de tolerancia y aceptación mutuas e intentar desarticular pautas de resentimiento y descalificación.
¿Cuándo una pareja debiera considerar la posibilidad de consultar a un terapeuta?
- Cuando los silencios se hacen muy largos.
- Cuando se hace persistente el sentimiento de “soledad acompañado”
- Cuando el depósito de resentimientos de uno y del otro se están llenando.
- Cuando el humor y la liviandad brillan por su ausencia.
- Cuando la culpa siempre es “de el otro”.
- Cuando han dejado de tocarse.
- Cuando estar con el otro deja de ser un panorama en si mismo.
- Cuando se pasa sólo tiempo “en familia” y ningún tiempo “en pareja”.
- Cuando los teléfonos móviles y las redes sociales han sustituído espacios de disponibilidad emocional.
- Cuando escasea el deseo.
- Cuando se atraviesan los limites del respeto y cuidado por el otro.
- Cuando se ha atravesado el umbral de los insultos.
- Cuando se ha llegado “a las manos”.
- Cuando ha habido deslealtades o traiciones.
- Cuando se ha pasado de las gratificaciones a las cobranza y reclamos mutuos.
- Cuando se entra en ciclos interminables de ataque y defensa.
- Cuando hay sentimientos mutuos de ser víctima del otro.
- Cuando la ausencia del otro se transforma en un alivio.
- Cuando la agenda de los niños invade completamente la agenda de la pareja.
- Cuando se enfrentan problemas externos que asfixian el espacio de pareja.
- Cuando todo diálogo es una lucha de poder.
- Cuando la crítica y el aislamiento emocional son la tónica de la relación.
- Cuando hay desprecio.
- Cuando hay alguien que se siente intimidado/a.
- Cuando las relaciónes con las familias de origen son omipresentes y no dejan espacio de libertad y autonomía a la pareja.
- Cuando se ha dejado de disfrutar del sexo.
- Cuando el único tema de conversación son los niños.
- Cuando se enfrentan cambios de organización de la familia. Nacimiento del primer hijo, adolescencia de los hijos, cambios de país o de trabajo, etc y la convivencia se hace difícil.
-
Cuando solo hablar de platas duele o enoja.
En cualquiera de estas situaciones la terapia de parejas puede transformarse en un alto en el camino que permita salir de las imágenes estereotipadas que sólo hacen sufrir, mirar los recursos y recuperar la esperanza y el sentido de la vida conjunta.
Dr. Fernando Rosselot R.
Unidad de Terapia de Parejas Transgeneracional
Instituto Chileno de Terapia Familiar.
2 Comentarios
sergio Junio 24, 2019
Felicitaciones Fernando, una muy buena invitación para que las personas piensen cuando les conviene consultar.
Sergio
Unknown Junio 26, 2019
Excelente material: claridad en el contenido,práctico y oportuno.
Gracias por compartirlo.