Referencias:
1. http://www.huffingtonpost.com/danny-shea/heres-the-1993-woody-alle_b_4746866.html.
2. http://kristof.blogs.nytimes.com/2014/02/01/an-open-letter-from-dylan-farrow/
3. http://www.hollywoodreporter.com/news/my-father-woody-allen-danger-89257
4. http://www.etonline.com/news/154160_timeline_of_bill_cosby_sexual_assault_allegations/
5. http://time.com/4327542/ronan-farrow-woody-allen-siblings/
6. Kluger, J.: The sibling effect. What the bonds among brothers and sisters reveal about us. 2011. Riverhead books. New York
7. Furniss T.: The multiprofessional Handbook of Child Sexual Abuse. Integrated management, therapy and legal intervention. 1991. Routledge. London.
8. Scheinberg M., Fraenkel P.: The relational trauma of incest. A family based approach to treatment. 2001. The Guilford Press. New York.
9. True, F.: Conferencia trauma relacional. 2014. Seminario Ackerman ICHTF
1 Comentario
Smarinarrieta Septiembre 14, 2016
Muy buen artículo.
El problema del abuso infantil, que es bastante más común de lo que uno se imagina, forma parte de la historia humana, muchas veces justificado por razones que resultan difíciles de comprender y, mucho menos, aceptar. En la antigüedad era algo recurrente y, en ocasiones, salvaje. En Egipto, por ejemplo, las niñas a partir de los 11 años, comenzaba una vida sexual muy activa que formaba parte de su "educación" y, por lo general, era dentro del seno familiar. En Grecia era habitual la pedofilia, sobre la cual, incluso, se legisló para darle un marco "tolerable", estableciendo parámetro relativos a la edad, considerándose que los mayores no podían tener relaciones con menores de doce años y, si eran del mismo sexo, que era lo común, sólo hasta los 18 o, en realidad, hasta la aparición del vello púbico o facial, que era un signo de "hombría"; esto deriva de la admiración que los griegos sentían por lo androgino. En Roma, sin embargo, era bastante más despiadado y no tenían reglamentación alguna. Los romanos tenían una auténtica adoración por lo sexual en todos los ámbitos, que se manifestaba de forma permanente en el hogar y, por lo mismo, la actividad sexual comenzaba a muy temprana edad. Los pudientes compraban esclavos muy jóvenes para su satisfacción sexual, se ambos sexos. Petronio, en su "Satiricón", lo grafica de forma bastante cruda en varios momentos, como la desvirgación de la pequeña Paniquis, las relaciones de Ascilto y Encolpio con su criado Gitón y, en la parte final, una madre que "presta" a sus hijos pequeños para el disfrute de un degenerado patricio.
Con el advenimiento del cristianismo en Europa esto no se termina sino que, incluso, se hace más crudo debido al ocultamiento. Se dio un caso bastante estrafalario debido a las normas impuestas por la Iglesia que, por una parte, negaban todo derecho, incluso a la paternidad, a los hijos nacidos fuera del matrimonio pero, también, exigían que entre los contrayentes hubiera, a lo menos, un décimo grado de cosanguinidad, lo que hacía prácticamente imposible el matrimonio entre parejas de un mismo pueblo, por lo general de no más de 5.000 habitantes. La norma fue, entonces, que los padres se casaban con sus propias hijas habidas fuera del matrimonio porque, de acuerdo a la norma establecida, no eran legalmente parientes.
El abuso infantil era habitual en el clero y la nobleza. El rey de Francia Enrique III, manifiestamente gay, tenía una "corte" de jovencitos para su disfrute. El Papa Alejandro VI se dice (nunca ha sido probado) que inició a su propia hija Lucrecia en la vida sexual, en lo que participaba, según se comenta, también su hermano César.
El matrimonio entre hombre mayores y jovencitas fue habitual en occidente hasta bien entrado el siglo XX y es común en los países musulmanes. La idea de "proteger al niño" es una novedad propia de nuestra cultura y que sólo logra imponerse legalmente en la década de 1950. Previamente, hubo movimientos por defender a los niños de los abusos pero, por lo general, estaba más dirigido al "abuso laboral", como lo que denuncia Dickens en sus novelas, pero en lo sexual no hubo una protección clara hasta que la ONU adoptó la Carta de los Derechos Humanos.
¿Qué es lo que lleva a este comportamiento que, se vea desde cualquier punto de vista, es y ha sido reprobable? Creo que adentrarse en esa pregunta es fundamental para encontrar los medios para combatir dicho comportamiento. Y no se trata solamente de la pedofilia que, en mi opinión, implica un problema psicológico profundo. Creo que ustedes podrían hacer un gran trabajo a este respecto, desde un punto de vista multidisciplinario.
Un tema aparte: has dicho que dejaste de ver las películas de Woody Allen desde que conociste su caso y pienso que estás en un error. No se puede calificar la obra en razón al comportamiento del autor porque en ese caso nos quedaríamos sin arte ya que, la mayoría de los artistas, han tenido un comportamiento más o menos reprobable.